Esta Navidad puede ser distinta a todas, sí. ¡Podemos enamorarnos más de Jesús!
Si descubrimos cómo Dios se hace presente en nuestra historia hoy, incluso donde hay heridas y dolor, seremos capaces de llevar su amor a todos, con cercanía, compasión y ternura, empezando por los que tenemos más próximos.
Podemos pensar en Belén, tomar el ejemplo de María y José. Pensar en la humildad con la que aceptaron la voluntad del Padre, la sencillez de su vida, su escucha, su silencio interior.
Podemos imaginar su día a día en la intimidad familiar, su vida con Jesús, desde ese sí que le dieron, desde el primer momento.
Pidámosle hoy al Padre que nos dé su amor y su paz para que podamos escuchar con atención y comprender los deseos y necesidades de los demás.
Pidámosle enamorarnos más de Jesús esta Navidad y vivir y ser como Él entre los hombres.
Pensemos en Belén…