Lo importante es gastarse por Cristo
Sor Consuelo Utrilla Lozano, (1925-1956), fundió su luz en la Luz de Cristo, entregándose a Él el 8 de diciembre de 1947 en el Monasterio de Monjas Mínimas de Daimiel (Ciudad Real – España).
Su ideal fue «Gastarse por Cristo», siempre quiso «ser santa y una santa joven» y con sólo 31 años de vida y 9 de vida religiosa se gastó por Cristo con intensidad en su breve vida, al ser grato a Dios su ofrecimiento como hostia inmolada, dejando la tierra el 9 de diciembre de 1956, tras padecer un linfosarcoma maligno.
El 19 de enero de 1980 fue introducida la causa de beatificación y habiéndosele reconocido por unanimidad sus virtudes heroicas, el 15 de diciembre de 1994, el Papa San Juan Pablo II le dio el título de venerable.
Señor, aquí estoy
Señor, aquí estoy; grano de trigo soy
segado y trillado en tus eras.
Señor, cuando quieras me puedes moler
que yo quiero ser, polvito de harina
que forma tus hostias de amor.
¡No tardes si quieres, Señor!
¡Oh mi Dios Molinero!
Echa a andar tu molino harinero
y muele la harina, que quiero ser hostia de amor.
Señor, ¡que te espero! ¡Empuja la rueda, dolor!
Señor, Señor, aquí estoy.
Señor, aquí estoy, aquí estoy.
Sor Consuelo al recibir la noticia del cáncer fue al armonio y le cantó este canto al Señor.
Oración por intercesión de la Venerable Sor Consuelo
Santísima Trinidad, Padre, Hijo y Espíritu Santo.
Os adoramos y agradecemos los dones de gracia y virtud concedidos a la Venerable Consuelo del Inmaculado Corazón de María.
Edificados por su generosa correspondencia, os rogamos nos concedáis que imitando su fidelidad y celo en el cumplimiento de nuestros deberes, sostengamos con cristiana fortaleza los sufrimientos de nuestra terrena peregrinación.
Dignaos escucharnos por sus méritos, en las presentes necesidades, a fin de que sea glorificada en la tierra como creemos lo es en el Cielo.
Avalore nuestra súplica la Inmaculada Virgen María, a quien ella tuvo singular devoción.
Se añade tres veces:
Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo.
Como era en el principio ahora y siempre por los siglos de los siglos.
Amén.