El Espíritu Santo nos llena y plenifica

Acuarela – Sor Natividad Dávoli

Quisiera saber expresar en estas líneas cómo el Espíritu del Señor obra sus maravillas en quienes nos abrimos a su acción. Ciertamente cuando Dios entra y le dejamos, qué serenidad de espíritu, qué felicidad. El Espíritu hace de las suyas y no siempre lo sabemos expresar.

El hermano Rafael, San Rafael decía: ME HE PERDIDO EN DIOS Y NO SÉ SALIR… qué dichoso él, ojalá y podamos nosotras decir lo mismo. Y como Pentecostés no termina en un día, os quiero decir a todas que nos sigamos ayudando a saborear las cosas de Dios por encima de todo lo demás. Pido a Dios con toda el alma que sigamos abriéndonos a cada uno de los Dones del Espíritu Santo, escudriñando, saboreando, descubriendo a Dios como lo único necesario, dejando que su fortaleza empape nuestro ser y actuar, y muchas cosas más; quienes nos movemos o nos dejamos mover por el Espíritu de Jesús, nos alegramos la vida con este sabernos en comunión. Que el Espíritu nos ayude a profundizar en ello sin descanso y a saber deslizarnos por la rutina del día a día, sin que la rutina llegue a la mediocridad o la indiferencia, ¡al contrario! y tengo en mi pobre experiencia la convicción de que el Espíritu nos inflama por dentro si le dejamos entrar.

Y cuando el cansancio de la vida, el no poder descansar lo debido, las preocupaciones, los sufrimientos, etc… nos quieran arrebatar tal dicha, acordémonos de la hermana que camina a nuestro lado, que desde el amor y desde el silencio de su entrega arrima su hombro al tuyo para gritar: ANIMO, NO ESTAMOS SOLAS, EL ESPÍRITU DE JESÚS NOS LLENA POR DENTRO.

Queridas hermanas, Dios que nos ha regalado vivir esta maravilla de su Amor en fraternidad, nos ayude a caminar en su presencia y a acoger cuando nos va viniendo con abertura de corazón. Que nuestro Santo padre y fundador, San Francisco de Paula, nos enseñe este camino de abertura y docilidad.

Sor Rocío de Jesús

Compartir:

Deja un comentario